Martin Niss (alias “Jefe de Jefes”) vino a nuestra casa a cenar. Él llevó una prensa para hacer tortillas que compró en Tijuana, e Idania lo instruyó teórica y prácticamente sobre la manera de usarla para hacer quesadillas. Ya podrá practicar más en su propia casa con el paquete de Maseca que le regalé…
Como era de esperarse nos la pasamos muy bien con Martin. Me sentí un poco mal cuando le dije que era un fresa (le expliqué el significado que yo le asignaba a la expresión), ¿pero de que otra manera puedes llamar a alguien que te dice que Nueva York es el lugar donde ha probado el mejor guacamole?
Cambiando de tema, Idania y yo tuvimos una semana sensacional porque logramos deshacernos temporalmente de Mariana. Muy valiente, ella se fue con sus compañeros y maestros de escuela a un campamento de invierno durante tres noches y cuatro días. Fueron al bosque a la zona de Kalundborg, al oeste de Selandia (la misma isla donde está Copenhague). Idania y yo aprovechamos para, entre otras cosas, dejar a un lado el miedo, equipar nuestras bicis con luces y campana (ahora ambos tenemos una bici), y entrar de lleno a la cultura ciclista de Copenhague. ¡Es divertidísimo!
Nuestro primer viaje fue de Østerport a nuestro departamento en Amager (unos 7 kilómetros por la ciudad), pero los siguientes días también fuimos a la playa, a Christiania, al parque Amager Fælled, al supermercado…Ahora estamos pensando en comprar una silla para instalarla en una de las bicis y pasear a Mariana.
Mariana regresó bien de su paseo. Con un poco de tos y cansada pero bien. Nosotros la recibimos con flores, globos, serpentinas, pastel y regalos. Descansó el fin de semana y hoy lunes regresó a la escuela.
Yo caí en depresión porque el muy pendejo olvidé la maleta con mi equipo para correr en el tren que me lleva de Roskilde a Copenhague. Aunque reclamé la maleta en la compañía de trenes, mi equipo no regresó. Como soy bien codo y el equipo me había costado caro pues me deprimí; no me cansaba de auto-pendejearme cuando me acordaba que todavía tuve el detalle de poner mis nuevos tenis de correr en la maleta que perdí en lugar de los viejos, para evitar que éstos últimos que estaban llenos de lodo ensuciaran la ropa de la maleta…
Cuando para desahogarme le conté a Idania, a Martin y a Uffe sobre mi desgracia deportiva, todos me contestaron palabras más palabras menos que sólo era una pérdida material, que no era un gran problema. Consideré que tenían razón y me fui a una nueva tienda para corredores que abrieron cerca de la casa. Como el invierno está de salida encontré con descuento algunas prendas invernales que aún necesito, y estoy planeando usar pronto unos nuevos tenis que me trajo Idania de México. Seguiré con los viejitos un rato más.
Ayer domingo fuimos a Måløv, como a veinte kilómetros de Copenhague, a visitar a mi amiga Lærke y a su familia. Lærke tiene algo así como 26 años y estudia su Doctorado en Didáctica de la Física en la Universidad de Roskilde. Ella tiene un hijo de un año (Esben), una hija de dos y medio (Nanna) y un esposo como de 29 años (Ebbe). Compartimos el lunch con ellos; Mariana no socializó, sólo jugó con los juguetes de los niños. Idania y yo ofrecimos invitarlos a un almuerzo mexicano (con chilaquiles y toda la cosa) en nuestra casa próximamente.
Una sección de la plática con Lærke me inspiró para hacer un mini-estudio para mi clase de danés que acaba de comenzar: ¿qué es lo primero que les viene a la mente a los daneses cuando piensan en México? Realmente puedes sorprenderte con las respuestas. Lærke entre otras cosas interesantes dijo: “México es el lugar a donde viajan las personas que son prófugas de la ley en Estados Unidos para que no los atrapen…”
Mario