
En una ocasión Javier Lezama me comentó el tipo de cosas que influenciaban su investigación como educador matemático. Me aseguró que incluso las novelas que él leía influenciaban su investigación. Debo confesar que en su momento me pareció un poco descabellada su afirmación.
El tiempo me hizo ver que Javier tiene razón. Con sorpresa he descubierto que no sólo los libros que leo influencian la forma en que percibo mi trabajo como educador matemático (¡y la vida en general!). También me influyen las experiencias que vivo, las personas con las que hablo, los lugares que visito, la música que escucho, los videos que observo, los periódicos que leo, etc.
Desde hace tres años y medio mi familia y yo abandonamos la televisión. Al principio por motivos económicos, después por convicción. Tuvimos que buscar otras fuentes de información y diversión como los periódicos nacionales e internacionales, los libros, YouTube, Twitter, Facebook, podcasts, la música, los paseos en familia, cocinar, procrear, grabar, escribir, etc. Esa decisión nos sometió a un flujo de información y estímulos de otra naturaleza. Algo produjo en nosotros que aún no puedo describir ni cuantificar.
Entonces noté que mis artículos y mis intereses académicos (y no académicos) comenzaron a diversificarse. Por ejemplo, todas las noticias sobre el narcotráfico en México que leo en los diarios no mexicanos me entristece. Que manera tan infame de sobresalir como país. Que incómodo cuando mis colegas extranjeros me preguntan: ¿viste lo que sucedió en México?, refiriéndose a alguna masacre más asociada al narcotráfico.
De manera paralela me estaba empapando de la información proveída por periodistas e investigadores críticos y valientes escribiendo sobre el tema: Jesús Blancornelas, Ricardo Ravelo, Luis Astorga, Élmer Mendoza, etc. Fue entonces que pensé: ¿Por qué sólo algunos reaccionan ante el problema? ¿por qué otros sólo se sientan a observar el ensangrentado espectáculo como si no se tratara de su país, ni de sus compatriotas?
Así, descubrí que no sólo algunos periodistas e investigadores alzaban la voz ante el problema. Fue una gran inspiración leer y escuchar a cineastas, músicos, y ciudadanos comunes expresar su voz ante el problema. Entonces pensé: Yo creo que todos podríamos alzar la voz. Levantar la mano y decir: tenemos que cambiar.
De ahí mi pensamiento se pasó a mi área profesional…¿y los educadores matemáticos en México? ¿Qué están haciendo ante esta situación? ¿Son sólo integrantes del grupo de espectadores del mórbido espectáculo? ¿O de plano deciden ignorarlo?
Creo que la matemática educativa en México debería alzar la voz. Creo que deberíamos abordar en nuestras investigaciones los problemas sociales y transformaciones que está experimentando México. Necesitamos investigaciones y propuestas de enseñanza más audaces e innovadoras.
Yo me propuse a escribir un par de artículos sobre el problema del narcotráfico en México desde mi visión como educador matemático. Uno de ellos fue publicado el día de hoy en el diario mexicano La Jornada. Se llama “Narcotráfico y educación matemática” y se encuentra disponible en: http://j.mp/bminjj
Tal vez son locuras las que propongo en los artículos pero, cuando mis hij@s y niet@s me pregunten: ¿y tú que hiciste cuando se vivía ese periodo en México? con orgullo les diré: No fui sólo un espectador.
*Dedicado a todas las víctimas de la guerra contra el narcotráfico en México.