Re-Definition

La llegada de mi familia a Copenhague sacudió mi vida, a su ritmo y sus horarios. El Mario que todos los días estaba en RUC, compartiendo las horas del lunch con los colegas, asistiendo a las clases de danés, jugando fútbol los jueves en la noche, integrando el equipo de corredores, atendiendo todas las invitaciones a cenas y eventos sociales; de repente se convirtió en un Mario escurridizo, asistiendo a RUC por las mañanas y arreglando asuntos migratorios-domésticos-laborales-familiares por las tardes. No pude asistir a la última cena organizada por los estudiantes de Doctorado (Albena la anfitriona me reclamó cuando me vio) y hace varios días que no comparto el lunch con la banda. El equipo de corredores, los colegas de doctorado, mi asesor, mi profesora de danés, todos ellos saben que he andado apurado pero feliz. Muchos han hecho escala en mi oficina para que les cuente cómo estamos yo y mi familia; algunos otros ya han conocido personalmente a Idania y Mariana.

Idania y Mariana también están felices. Además de la felicidad que nos suministramos de manera mutua; la ciudad, la calidad de vida, la atmósfera, y la cultura constituyen un escenario para enmarcar una etapa de su vida muy especial. Ambas han mostrado una gran capacidad de adaptación: Mariana les dice “Tak” y “Hej Hej” (gracias y adiós) a nuestro vecino Per, al chofer del camión, al tendero… Ya tuvo la oportunidad de ver nevar y tocar la nieve. Tiene muy claro que la navidad se acerca y ya hasta escribió su carta con sus pedidos navideños al “señor navidad”. Idania por su parte atiende dos veces por semana su trabajo como empleada doméstica en la casa de una señora mexicana, va al super y a la tienda ella sola, y ya ha atendido sus primeros eventos sociales interactuando exitosamente: Una cena mexicana que organizamos en honor a Per (ellos se comunican en una mezcla de español-italiano) y el “housewarming” que organizó Per y que fue atendido por sus colegas Suecos. Uno de ellos hablaba un muy buen español, y a veces yo hacía de traductor con los otros. Próximamente tenemos planeadas dos cenas con Martin Niss y su novia (una como locales y otra como visitantes), e Idania en colaboración con su “patrona” está participando en la organización de una posada navideña para los mexicanos residentes en Dinamarca.

Creo que este es un momento de adaptación y aprendizaje para todos. Tenemos proyectos e ilusiones. Juntos estamos en esta nueva etapa re-definiendonos como familia y como personas.

Casi lo olvidaba. Vine a hacer un Doctorado.

No quiero ocultarlo: lo estoy disfrutando, estoy aprendiendo, y me estoy transformando. De acuerdo al modo que tienen por acá de formar Doctor@s, en este mes participé en dos cursos. El primero se llevó a cabo en la ciudad de Sæby al norte de Dinamarca. Fue un curso interdisciplinario en el que tuve la invaluable oportunidad de escuchar e interactuar con tres importantes representantes de la escuela danesa de la educación matemática crítica: Ole Skovsmose, Paola Valero y Renuka Vithal. Fue intelectualmente impactante leer y por supuesto escuchar de manera directa sus ideas. Si a esto le agregan que:

  1. Aproveché para grabar con Renuka Vithal un episodio del podcast de matemática educativa que producimos en CICATA.
  1. Que comprometí a Paola Valero para grabar con ella otro episodio en los días siguientes y,
  1. Que después de platicar con Ole Skovsmose, él aceptó revisar mi artículo en el que he estado trabajando durante algunos meses, en el que utilizo algunos conceptos teóricos contenidos en uno de sus libros.

Entonces entenderán que fue un curso muy provechoso para mí.

El segundo curso se celebró hace un par de días en la ciudad de Nyborg, en la región central de Dinamarca. Aunque pude haber seleccionado otros cursos realizados en otros países como Noruega, Suecia o Finlandia, decidí quedarme con este porque quería escuchar a Mogens Niss, que junto con Morten Blomhøj sería el responsable del curso.

Fue un curso interesantísimo que rebasó mis expectativas llamado “Justification of findings in mathematics and science education research, with particular regard to the role of theory in such justification”. El curso fue atendido por estudiantes de Doctorado e investigadores de los países nórdicos, y también se invitó a Patricio Herbst de la Universidad de Michigan en EUA.

Trabajamos intensamente aplicando una técnica que Mogens Niss llamó “Arqueología” para analizar la estructura de artículos de investigación (principalmente la manera en que se justificaban los resultados de investigación en éstos) publicados en diferentes revistas internacionales. Para hacer este análisis, los asistentes fuimos divididos en grupos de acuerdo a nuestra experiencia: los estudiantes de Doctorado principiantes (mi grupo), los estudiantes de Doctorado más experimentados, los asesores principiantes (profesores con Doctorado finalizado), y los asesores más experimentados. Cada grupo analizaba el mismo artículo, y luego nos reuníamos todos para comparar y debatir nuestros análisis. No quiero entrar ahora en los detalles, pero este curso y su dinámica me hizo reflexionar nuevamente en los mecanismos que la escuela mexicana y latinoamericana de matemática educativa siguen para constituir y fortalecer una comunidad. En la noche, a la hora del esparcimiento (incluida por cierto en el programa de actividades) compartí esta reflexión con Mogens Niss cuando él me preguntó sobre mis impresiones del curso.

Al finalizar el curso, nos avisaron de los próximos cursos programados para los estudiantes de Doctorado de esta comunidad nórdica. Aunque no se revelaron los nombres de los expertos invitados, se anunció que la próxima escuela de verano en 2008 se recorrería para el invierno, para no encimarla con los eventos internacionales que se efectuarán en México el próximo año, y al parecer nos reuniremos en la zona de Estocolmo en Suecia.

En este momento mi familia y yo estamos en casa, descansando y esperando a que se den las seis de la tarde para atender una invitación a comer de mi ex-roommate-ahora vecino Per. Mañana lunes trataremos de encontrar más trabajo para Idania y seguiremos con esta aventura por las frías tierras de Dinamarca.

Mario

Los Sánchez López en CPH

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Este capítulo lo escribo varios días después de la llegada de Idania y Mariana a Dinamarca.

Su llegada estaba programada para el 1ro. de noviembre de 2007 a las 17:00 horas tiempo de Dinamarca. Tres o cuatro días antes anduve bien atareado finalizando pendientes de mi trabajo en el Doctorado. Llegaba a RUC a las 8:00 horas y me iba a las 19:00. Ya había avisado a mi asesor y a mis amig@s en la Universidad que estaría ausente algunos días porque además de recibir y atender a mi familia, pasaría 4 días en un curso de Doctorado en la ciudad de Sæby, en el norte de Dinamarca.

El mero día del arribo estuve limpiando la casa, y alternando esta actividad con visitas a la biblioteca para conectarme a internet (por el momento no tengo internet en casa) para checar en la página web del aeropuerto de Copenhague si el vuelo en el que venían estaba a tiempo. En una de esas conectadas a internet recibí un mensaje de una persona que construyó un espacio en internet para contactar a los mexicanos que viven en Dinamarca. Yo me inscribí en el sitio sin saber que días después, por medio de esta herramienta, conocería a una mexicana-danesa que le conseguiría trabajo a Idania en Dinamarca. La suerte está de nuestro lado.

Llegó la hora de irme al aeropuerto. Tomé el metro que está como a 5 cuadras de la casa y en el que unos quince días antes se había inaugurado una extensión de la línea que llegaba hasta al aeropuerto ¿A poco no parece que Copenhague nos estaba esperando?

Llegué como una hora antes. Yo estaba muy tranquilo viendo a la gente que esperaba a sus seres queridos. Las caras y las expresiones de la gente echaban a volar mi imaginación. Me imaginaba la vida de la gente que esperaba y de aquell@s que arribaban: un empresario en una visita rápida de negocios, una novia enamorada esperando al soldado danés que llega de Irak, un extranjero confundido buscando la salida del aeropuerto, un marido al que no le da mucho gusto volver a ver a su esposa y regresar a su rutina, etc.

El monitor del aeropuerto anunciaba que el vuelo que yo esperaba había aterrizado. Yo seguía tranquilo viendo a la gente llegar, pero cuando después de unos minutos el monitor anunció que ya se estaban entregando las maletas en la banda giratoria me puse extremadamente emocionado. Me coloqué justo afuera de la puerta por donde llegaba la gente y mis ojos y cerebro escaneaban todos los rostros que salían por esa puerta buscando que alguno coincidiera con mis recuerdos de Idania y Mariana. Sentía que ellas se tardaban. Estaba nervioso. Veía llorar y reír a las personas que recibían a los soldados expatriados y sentía unas ganas muy fuertes de chillar. Con muchos sentimientos y sensaciones mezcladas seguía revisando los rostros de las personas que llegaban. Sentía que se tardaban y me ponía más y más nervioso. Muy nervioso. Todo se disipó cuando reconocí la sonrisa de Idania que me señalaba con el dedo para indicarle a Mariana dónde estaba yo. La reacción de Mariana está grabada en mi memoria: sin dudarlo abrió sus pequeños brazos y me abrazó sin decir ninguna palabra. No eran necesarias. Después de abrazar a mi hija abracé a mi querida esposa y le dije al oído tres palabras.

Después de recuperarnos del encuentro inicial, comenzamos una plática desorganizada (sólo Idania y yo, porque Mariana estaba muy chiveada conmigo y no hablaba) en la que mezclábamos el relato del viaje de ellas con mis explicaciones turísticas sobre Dinamarca. Así abordamos el metro que nos llevaría del aeropuerto al barrio de Amager donde se encuentra nuestro nuevo departamento. Al bajar del metro retomé mis explicaciones turísticas porque para ser sincero, me siento muy orgulloso del lugar a donde he traído a Idania y Mariana. Les explicaba sobre el metro, sobre los edificios, sobre las bicicletas, sobre los negocios, sobre la vida en Dinamarca.

Batallamos un poco cargando con las maletas (para no perder la costumbre una se averió), pero finalmente llegamos al departamento (del cual también me siento muy orgulloso). Lo primero que les mostré al entrar al edificio fue nuestro buzón con los nombres de los integrantes de la familia Sánchez López grabados en él. Subimos al tercer piso y entramos al departamento.

Con excepción de la del baño, yo dejé todas las puertas cerradas y le pedí a Mariana, quién estaba ansiosa por ver su cuarto, que seleccionara la puerta que deseaba abrir para ver qué había adentro. Abrió la primera y era la cocina; la segunda era su cuarto y la tercera el cuarto de sus padres. Esa noche comenzamos a desempacar, platicamos, y celebramos con luz de velas y vino (jugo para Mariana).

Los siguientes tres días anduvimos turisteando por la ciudad, ya que para el cuarto día tendría que irme a Sæby y las dejaría solas por 4 días. En mi opinión una de las cosas más impactantes para Idania fue la visita a la playa Amager Strand. Caminamos desde nuestro departamento para visitar la playa en la noche. Le dije a Idania: “¿Ves aquellas torres iluminadas? es el puente que vimos en el Discovery Channel…¿Y ves esas luces de allá? Es Suecia” Idania estaba impactada. Mariana y yo la dejamos sola un momento en la orilla de la playa. Fue un momento de reflexión para ella. Cuando se reunió con nosotros me dijo: “Si fuera necesario no me iría de aquí”. Su frase me dejó pensativo.

El domingo 4 de noviembre cerca de la media noche salí de la casa para tomar el tren a Sæby. A Idania le dejé un pase para que viajaran en el transporte público y Mariana me pidió que le trajera unos bombones. Así comencé a caminar en la fría noche pensando en mi carrera académica y en mi adorada familia.

Mario Sánchez Aguilar