Así como los tigres del norte tienen sus “Corridos Prohibidos”, he pensado que yo debería tener los “Episodios Censurados” de mi blog. Es decir, episodios fechados y guardados en algún lugar, en los que narre esas experiencias clave, pero que por normas morales y éticas debo auto-censurar y evitar publicar…por el momento. Digo, si la Biblioteca Nacional de Francia finalmente abrió al público L’enfer, ni modo que yo no haga algo en esa línea…
Ok, el episodio no-censurado de hoy:
Tiene su chiste hacer un Doctorado en el extranjero. Sobre todo si te traes a tu familia y juntos tratan de producir las condiciones de vida para sobrevivir en un país lejano y distinto. Hay que concentrarte en estudiar, crear, producir, justificar mientras al mismo tiempo piensas en la renta, en el idioma, en la coca-cola que te gustaría tomarte, en el juguete de mi hija para esta navidad, en los regalos que quisiera hacerle a mi esposa y que no serán, en mi licencia de .Mac que va a caducar, en los asuntos migratorios, en los asuntos personales, en los impuestos…
Quiero dejar constancia de cómo me siento hoy, para el día de mañana en que esté cómodamente sentado en mi oficina, pueda volver a leer estas líneas y con la panza llena decir algo como: “Ahh, como recuerdo nuestras tardes en Copenhague”.
Las tardes. En esta época las tardes son ideales para deprimirte: la luz del día aparece alrededor de las 9.00 horas y comienza a anochecer a las 15.30. A las 16.30 está totalmente oscuro.
Hoy fue día 13, la mayor parte del día estuvimos bajo cero y no salieron las cosas como planeaba: en la mañana fui a Cristiania a buscar a una persona y no la encontré. Llegando a RUC llamé por teléfono a otra persona que está ayudándonos a conseguir más trabajo para mi esposa Idania y se fue de vacaciones; regresa el 12 de enero del 2008. Para rematar, me dieron donde más duele, en mi dinero: regularmente (y cuando tengo fondos) saco 3000 coronas danesas de mi cuenta bancaria mexicana, eso implica que los pesos de mi cuenta deban ser convertidos a coronas.
La transacción de hoy desató una serie de mentadas de madre sobre un asunto que cuando estaba en México me valía corneta: la posición del peso frente al euro. Empecé la mentada de madres por la clase política de mi país, siguiendo con los banqueros, los medios de comunicación/información, etc….si a algun@ le zumbaron los oídos ya sabe por qué…
¿A mí qué me importa que “el canibal de la guerrero” se haya suicidado? ¿O que el equipo “Atlante” sea campeón? ¿O que se hayan madreado al fabiruchis? ¿O que haya bajado la afluencia de peregrinos a la Basílica de Guadalupe? Para mí un evento relevante es que el valor del euro haya aumentado casi dos pesos mexicanos en tan sólo 7 meses. Había reflexionado sobre los significados de la velocidad de crecimiento de una relación funcional, pero nunca me había sentido tan amenazado por ella…
No me estoy rajando. Tampoco estoy pidiendo dinero. Lo único que digo es que me da coraje que vengo de un país tan rico (en territorio, en recursos, en cultura), y cuya riqueza no se refleja en el nivel general de vida de nosotros los mexicanos.
Bueno, después de mostrarles cómo un movimiento cambiario puede entristecerme más que las frías, oscuras y decembrinas tardes de Dinamarca, me despido.
Sólo quiero aclarar que no estoy en un bache de depresión. La energía de Idania y Mariana, la nueva música naca que he descubierto, y las próximas celebraciones decembrinas que quiero atender es lo que me mantienen a flote. Sin estos elementos no se si sería posible mi supervivencia.
Mario