Y Copenhague se llenó de Jazz

Tal como se menciona en el artículo de El Universal titulado «A ritmo de jazz»,  durante el verano varias ciudades del mundo celebran festivales de Jazz. Copenhague es una de esas ciudades.

Pues bien, mi compita Martin Niss me invitó a unirnos a la celebración este sábado y ahí estuvimos. Empezamos la actividad a las 16:00 y el punto de reunión fue un lugar llamado Vandkunsten. En este sitio escuchamos un cuarteto liderado por la cantante Vini Kjærsgaard y en el que se contaba con la participación especial del percusionista brasileño Robertinho Silva. Le echaba ganas este Robertinho.

En este concierto Martin reflexionó sobre la manera en que los daneses vivían el concierto y la manera que lo hacían los latinos (principalmente brasileños) ahí presentes: Mientras los latinos no dejaban de seguir el ritmo de la música moviendo su cuerpo o alguna parte de éste, los daneses parecían que estaban en un velorio. Todos bien serios tomándose sus chelas. Hasta el final de la interpretación se activaban con los aplausos.

El festival dura nueve días, y hay conciertos por todos lados y de todos tipos: Gratuitos, exclusivos, al aire libre, en cafés, con bandas/artistas emergentes, daneses y no daneses, jazz contemporáneo, etc. Entonces, como comparado con el D.F., Copenhague es un pueblo bicicletero, pues podíamos ir de un lugar a otro por la ciudad escuchando las diferentes ofertas del festival. Si había algún espacio temporal entre concierto y concierto nos estacionábamos un rato a gusguear, pistear y conversar.

El tercer lugar que visitamos (al segundo lugar llegamos tarde por eso me lo brinco) fue un café para estudiantes en el que tocó un quinteto emergente (ver foto al inicio de este episodio). Tocaban bien, pero en algunos momentos me perdía en el ritmo; probablemente ya andaba medio pedo o no comprendo bien el jazz.

Algo importante que sucedió en este momento de la tarde, es que se unieron a nosotros dos amigos de Martin: Nanna y Thorbjørn. Son una joven pareja muy agradable que irradia felicidad porque están pasando por una etapa muy bonita de su vida. Ella se está mudando al departamento de él para compartir su vida (acá es muy común que no se casen y nomás se arrejunten). Ah que chismoso soy.

Faltaba un poco más de una hora para nuestro cuarto concierto, así que nos fuimos a hacer tiempo a un lugar llamado “la farmacia” (Apotek). Tenían una amplia selección de cervezas, así que me tomé una oscura de Inglaterra. Nanna afirmaba que aunque en el siguiente concierto cobraban (aproximadamente 200 pesos mexicanos), el grupo realmente valía la pena.

Llegamos al lugar del concierto antes de que éste comenzara y entonces nos dividimos: Nanna y Thorbjørn se quedaron en la planta baja del lugar para cenar algo, mientras Martin y yo subimos al bar. Cuando nos reunimos nuevamente nos echamos un partido de futbolito en el que por supuesto Martin y yo ganamos.

Bajamos todos porque el concierto iba a comenzar. El lugar estaba lleno de gente y en penumbras. Sólo el escenario iluminado. Rápidamente aparecieron los tres músicos y sin perder el tiempo la música comenzó con unos veloces acordes de guitarra eléctrica. Le siguieron la bateria y el organo. Pura energía. Ese fue mi primer contacto con Ibrahim Electric.

Quedé impresionado. Bailé mucho. ‘Ora ando tratando de conseguir su música para agregarla a mi colección. A manera de muestra les dejo esta interpretación en vivo llamada Fela en la que participa el trompetista Ray Anderson. Enjoy!

 

Mario

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