Hace unos días platicaba con mi amigo Apolo Castañeda. Durante esa plática me recordó que el día de hoy cumpliría una década de haber ingresado como profesor al Instituto Politécnico Nacional de México (IPN). «Es un buen momento para reflexionar» me dijo Apolo; «…como para una entrada de blog».
Mirando al pasado
Cuando miro de manera retrospectiva esta década, una de las primeras cosas que me vienen a la mente fue el momento en que decidí renunciar a mi trabajo en Casio Computer Co., Ltd. para tomar una posición como profesor de posgrado en el IPN. Para algunos era una resolución un tanto tonta (¿renunciar a tu trabajo en una empresa transnacional para irte a otro lugar donde te pagarán 30% menos?), pero en ese momento tenía claro que eso era lo que quería hacer: perseguir una carrera como académico, como investigador. Hoy pienso que fue una decisión clave y verdaderamente acertada.
Quizá al principio hubo algunos sacrificios, pero la verdad es que he sido muy afortunado en mi vida laboral dentro del IPN. En este periodo de diez años el Instituto me proporcionó una estabilidad laboral la cual me sirvió como base para realizar mis estudios de doctorado en Dinamarca. Los beneficios que esta estancia académica trajo a mi familia y a mí se manifiestan en el plano personal y académico, y son invaluables. Siempre estaré agradecido con el Instituto por su apoyo en esta etapa de mi vida.
Además de apoyarme en mi educación doctoral, el IPN me ha brindado un contexto para desarrollarme como investigador. Es aquí en el Instituto donde he visto iniciar mi carrera como investigador educativo. Durante estos años he contado con condiciones y apoyos que me han permitido viajar a congresos, desarrollar investigación educativa y supervisar a estudiantes de posgrado. Creo que estas condiciones han sido fundamentales para mi ingreso al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt (SNI).
Una experiencia muy rica con la que he cerrado este primer periodo de diez años en el IPN es participar en el Consejo General Consultivo del IPN como profesor consejero representante del CICATA Legaria. Esta experiencia me ha permitido conocer aspectos del Instituto que no eran visibles para mí cuando desarrollaba mi trabajo desde mi oficina. Ver de cerca el rol que tiene y las contribuciones que hace el IPN a la sociedad Mexicana me ha permitido desarrollar una identidad y un orgullo politécnico que antes no poseía.
Para cerrar esta mirada al pasado quisiera moverme a un plano más personal y pensar en las personas con las que he interactuado. En esta década he visto ir y venir a varias personas; algunas de ellas han tenido un impacto efímero, mientras que otras han dejado una huella indeleble en mí. He sido afortunado al encontrar amistades verdaderas en este camino de diez años; amistades que sin duda han configurado mis ideas y mi destino. Insisto: he sido afortunado al encontrarlas.
Imaginando el futuro
¡Qué interesante el ejercicio de imaginarme dentro de diez años!
Primero que nada espero estar vivo y gozar de buena salud para llevar a cabos mis proyectos e ilusiones. Si cuento con esto, lo demás lo puedo construir yo.
Imagino la siguiente década como una de un permanente desarrollo y crecimiento académico. Me imagino trabajando en el IPN y consolidando mi proceso de internacionalización como investigador, esto es, me visualizo publicando en las revistas y editoriales internacionales más reconocidas de mi disciplina, pero también participando de manera activa en los congresos internacionales más importantes.
En el contexto nacional, pienso que presenciaré el desarrollo como investigadores de algunos de mis estudiantes: los imagino ingresando al SNI, asistiendo a congresos internacionales, obteniendo recursos para desarrollar sus propios proyectos de investigación, incluso graduando a sus propios estudiantes. Va a ser emocionante verlo.
Pienso por supuesto que seré promovido dentro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Mi apuesta es que me convertiré en SNI nivel 2 durante el próximo lustro.
Aunque no me gusta mucho la idea en este momento, pienso que es muy probable que en la próxima década ejerza algún cargo administrativo en el IPN. Espero equivocarme.
No me imagino recorriendo de manera solitaria la próxima década. Me imagino por supuesto compartiendo mis victorias y mis retos con mi familia, pero también me imagino compartiendo con colegas y amigos. Supongo que vienen en camino risas, carcajadas, chismes, retos, muestras de cariño, desencuentros, reflexiones, logros, celebraciones, aprendizajes… me imagino haciendo todo esto y más con las personas que quiero y que voy a querer.
Finalmente, me imagino siendo como hasta ahora: muy feliz con mi trabajo. Aunque con retos constantes, mi trabajo es uno que me produce muchas satisfacciones y felicidad. Yo estimo que en los próximos diez años seguiré teniendo pasión por mi trabajo, y que tendré la energía para desarrollarlo de la mejor manera posible.
Nos vemos en el futuro.
Dr. felicidades por estos diez años de dedicación y entrega a su trabajo, gracias por compartir su conocimiento a través de diversos artículos que he tenido la oportunidad de leer. Poca gente se arriesga a dejar la «estabilidad laboral» que tiene por perseguir sus metas y con ello lograr los éxitos que ha logrado en un corto lapso de tiempo.
Con todo el entusiasmo que tiene va a seguir cosechando éxitos, porque en su diario andar siembra semillas de dedicación, trabajo y disciplina.