Los días previos a la asignación de mi cubículo en la Universidad de Roskilde, estuve estudiando en la Biblioteca Central de Roskilde. Quiero dedicar este episodio del blog a hablar un poco de ese lugar.
La Biblioteca está situada en la zona centro de Roskilde. Es una biblioteca grande (Javier Lezama me preguntó al respecto, y ahora puedo asegurar que es más grande que la de matemáticas del Cinvestav), que tiene varias secciones de las cuales hablaré más adelante.
La principal razón por la que asistí por primera vez a esta Biblioteca, fue que tiene internet gratuito. Hay como unas quince computadoras con pantalla plana disponibles para los usuarios (sin límite en el tiempo de uso, ni páginas restringidas), o bien, puedes llevar tu propia compu y conectarte inalámbricamente sin necesidad de una contraseña.
La Biblioteca es ampliamente utilizada por la comunidad. Me inclino a pensar que es por su amplia oferta. Encuentras libros y revistas que abordan los tópicos usuales que encontrarías en una Biblioteca municipal (Historia, Ciencia, Lenguas, etc.) pero hay otros que no me parecen tan comunes, por ejemplo: Moda varonil y femenil, cocina, autos, motos, pesca, tecnología, política, farándula, perros, decoración, maternidad, sexo, religión, fotografía, navegación, etc.
También tiene una gran zona dedicada a los niños llamada Børnebibliotek, en donde además de encontrar libros para niños de diferentes edades, encuentras juguetes y juegos, y una decoración ad hoc.
Lo interesante es que el acervo de la Biblioteca no se limita a libros y revistas. También puedes acudir para llevarte a casa alguna película en formato DVD o VHS, o incluso un videojuego para tu Xbox o Playstation.
También tiene su sección de música, donde puedes acceder a libros y revistas de música y por supuesto a CD’s y LP’s (no busqué casetes). Los géneros que encuentras son variados. Puedes encontrar desde Hip Hop, hasta Mariachi. Tomé una foto del Mariachi Azteca para aquellos que lo duden. Como verán, en la portada aparecen unos miembros que se ven muy güeros pa’ ser mexicanos. Otros de plano sí se ven como de Maravatío del Encinal.
Quiero agregar que las reglas son mas “relajadas” que en otras Bibliotecas que conozco. Puedes entrar con mochila sin temor a que te vayas a robar algo. Adentro hay una máquina de café pa’ que lo bebas junto a tu lectura y hay jardines internos para que te eches un tentempié. Enseguida pongo la imagen de uno de estos jardines para contar una anécdota final.
La anécdota versa sobre la puerta de marco rosa que se ve en la imagen. Durante mis estadías en la Biblioteca, acostumbraba sentarme en una silla con su correspondiente mesa, cercanas a la puerta, para recibir más directamente la luz del día. El problema en Dinamarca es que algunas veces, aunque amanezca soleado, el aire circulante es frío para un mexicano como yo. Esas condiciones climatológicas estuvieron presentes el día al que me refiero ahora, por lo que decidí levantarme de la silla para cerrar la puerta. Al intentar cerrarla, no pude hacerlo. “Está atrancada” pensé. Y como en México si algo está atrancado nomás es cosa de jalarle con huevos, pues apliqué esa técnica. La bronca es que no estoy en México, y nunca noté que la puerta estaba adecuadamente sujeta por medio de una pequeña cadena a la pared. Pues el vigor aplicado hizo que descompusiera el mecanismo no sólo de la cadena, también aflojé la manija de la puerta de donde había jalado. Discretamente acomodé la manija para disimular el daño y emparejé la puerta. Desde ese día no he vuelto a la Biblioteca Central de Roskilde.
M. Sánchez A.
Este tipo de anecdotas como de Mr. Been, son muy comunes en nuestra familia, puedes preguntarle a tu tia Esther, tu tio Toño, tu hermana Alex, etc.
Los desperfectos que ha ocasionado nuestra familia en objetos propios o públicos, son cuantiosos, pero ahora se estan internacionalizando. No se si esto también suceda por Nueva Zelanda.