El súper matemático educativo. Parte dos.

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Esta es la continuación de la entrada de blog titulada “El súper matemático educativo. Parte uno” en la que propongo un modelo (SuperME) acerca de las cualidades que, de acuerdo a mi opinión y experiencia, debería tener una persona que quiera desempeñarse de manera profesional como investigador en el área de la educación matemática.

El origen y propósito de este modelo se describen en la entrada de blog previa a esta que estás leyendo ahora. El modelo consta de doce componentes, seis de los cuales ya han sido presentados. El propósito de esta entrada de blog es introducir los seis componentes restantes, los cuales se listan y describen a continuación.

Un súper matemático educativo:

7. Posee flexibilidad teórica y metodológica

8. Posee cierto dominio del idioma inglés

9. Es un buen evaluador

10. Posee la capacidad de formar a otros investigadores

11. Tiene la capacidad de realizar investigación colaborativamente

12. Posee habilidades sociales

POSEE FLEXIBILIDAD TEÓRICA Y METODOLÓGICA

Comenzaré este apartado con una anécdota. En una ocasión tuve una reunión con una estudiante del posgrado al que pertenezco, para tratar un asunto administrativo: ella quería cambiar de asesora o directora de tesis. ¿El motivo? Después de trabajar unos meses con su asesora, la estudiante llegó a la conclusión de que no era feliz con la teoría que su asesora le había propuesto usar para su trabajo de tesis. Durante la reunión la estudiante declaraba que aunque leía y se esforzaba, no entendía la teoría, ni le encontraba sentido. La estudiante se lo dijo a su asesora y la respuesta de esta última fue que, si no usaba la teoría que ella le había sugerido usar y en la cual era especialista, no podría dirigirla. Tenía que buscar a otro asesor o asesora.

Casos como el de la asesora de la anécdota anterior abundan en nuestra comunidad, esto es, académicos que no quieren —y peor aún, no pueden— trabajar con una teoría, tema o método distinto al que ellos dominan. Yo interpreto esto como un tipo de discapacidad. El SuperME es flexible en ese sentido, es decir, tiene la capacidad de estudiar, aprender y aplicar distintas herramientas teóricas y metodológicas a una variedad de tópicos de investigación. Las personas con este tipo de capacidad no abundan, pero existen y son necesarias para el desarrollo de nuestra comunidad (Kilpatrick, 2013). Son personas que pueden investigar y publicar sobre una diversidad de temas, utilizando los instrumentos teóricos y metodológicos que mejor se adaptan al tópico o problemática que están investigando. De hecho creo que es una decisión que debes tomar: ¿quieres ser de esas personas que se pasan cinco, diez o quince años investigando sobre el mismo tema con las mismas herramientas —lo que algunos llaman “línea de investigación”—? ¿o quieres ser una persona que sin miedo incursiona en diferentes temas o áreas y tiene la capacidad de aprender y adaptar distintas herramientas intelectuales para realizar su trabajo? Tú decide. Yo ya hice mi elección, y mis publicaciones y mis alumnos graduados lo reflejan.

POSEE CIERTO DOMINIO DEL IDIOMA INGLÉS

Habrá personas que dirán que el idioma francés también es importante para un matemático educativo, y no lo niego. Sin embargo creo que es indiscutible el predominio del inglés como EL IDIOMA científico de la comunidad internacional de educadores matemáticos. Si no sabes leer, escribir, y hablar en inglés de manera más o menos fluida tus oportunidades de aprendizaje, desarrollo, colaboración e internacionalización se verán mermadas. Tampoco estoy diciendo que debas ser un experto en gramática y pronunciación; en general la comunidad internacional es comprensiva e incluyente si tu inglés hablado es limitado, y en cuanto a la escritura, siempre puedes apoyarte de algún corrector de estilo o incluso un traductor que te ayude a refinar tus escritos. Mi punto aquí es que el SuperME posee como una de sus herramientas intelectuales fundamentales al idioma inglés. Si aún no lo tienes, invierte en él para lograrlo. Al fin y al cabo, y como me dijo una querida amiga mía: “los idiomas son tesoros”.

ES UN BUEN EVALUADOR

Creo que todos los que han sometido un artículo a evaluación, o han trabajado para alguna publicación, tienen recuerdos o anécdotas asociadas a los evaluadores. Buenas y malas. Evaluar es una actividad que por supuesto no se aplica únicamente a manuscritos —puedes evaluar proyectos, candidatos a una posición, programas educativos, etc.— y que es una tarea fundamental para el fortalecimiento y mantenimiento de nuestra comunidad y los individuos que la componen. Desafortunadamente no todos lo perciben de esta manera. El SuperME está consciente de la importancia de esta actividad para la comunidad, sabe distinguir entre una buena y mala evaluación, y produce buenas evaluaciones.

Con “buenas” me refiero a que no son groseras, más bien son detalladas y constructivas —es decir no solo señala las debilidades de tu propuesta, sino también te instruye sobre cómo podrías eliminarlas—, y son hechas a tiempo. Una buena evaluación deja de ser así de buena si la entregas un mes después de que te la pidieron. El SuperME sabe que una buena evaluación no solo ayuda a mejorar la propuesta evaluada, sino también contribuye al crecimiento profesional de quien la construyó.

POSEE LA CAPACIDAD DE FORMAR A OTROS INVESTIGADORES

Otra labor importante del SuperME es educar a otros investigadores. El SuperME es compartido con sus conocimientos y sabe cómo introducir a otros individuos al mundo de la investigación en educación matemática. Tiene la capacidad de guiar y orientar a sus estudiantes en el desarrollo de investigaciones de calidad en los temas que a ellos les interesa, esto es, no los persuade, ni limita, ni obliga a trabajar en los temas que al SuperME le interesan, a menos que así lo deseen sus estudiantes.

El SuperME tiene la destreza de graduar a estudiantes de nivel superior y posgrado en el área de educación matemática. También trata que publiquen sus resultados en revistas especializadas, y los presenten en foros académicos como congresos.

TIENE LA CAPACIDAD DE REALIZAR INVESTIGACIÓN COLABORATIVAMENTE

El SuperME no siempre trabaja solo. Tiene la habilidad de colaborar con otros para lograr objetivos comunes, y es comprometido y profesional hacia el trabajo colectivo. Cuando es necesario, el El SuperME puede fungir como líder o coordinador que dirige y potencia los esfuerzos de un equipo, pero también sabe desempeñar otros roles en un equipo que no sean necesariamente de liderazgo o coordinación.

En las colaboraciones que promueve el SuperME desde una posición de liderazgo, no solo trata de poner a otros a trabajar para él con el fin de lograr sus propios objetivos. El SuperME escucha y toma en consideración las opiniones de sus compañeros, y trata de identificar sus competencias para utilizarlas y potenciarlas en el logro de metas que beneficien a todo el colectivo. Una ganancia que obtienen las personas que colaboran con un SuperME es que obtienen beneficios y aprendizajes que perduran y afectan positivamente su desarrollo profesional y personal, aún después de que haya finalizado la colaboración.

POSEE HABILIDADES SOCIALES

Como en muchos aspectos de la sociedad, en el mundo de la educación matemática muchas cosas se logran a través de relaciones sociales. El SuperME es bueno socializando. Por ejemplo, si vas a un congreso únicamente a presentar tu trabajo, escuchar las presentaciones y exposiciones plenarias, y regresas a casa, entonces estás definitivamente desaprovechando el congreso. Varios de mis logros académicos y colaboraciones tienen su origen en pláticas de pasillo en los congresos, en reuniones en bares y restaurantes —y en otro tipo de contextos que no voy a mencionar aquí—. No aislarte, ni convivir solo con las personas que ya conoces es fundamental. Intenta abrirte a las posibilidades y ser sociable con nuevas personas, porque quizá no solo logres fortalecer tu capital social y académico, con suerte también lograrás nuevas y perdurables amistades.

Mario Sánchez Aguilar

Copenhague, Dinamarca, 10 de octubre de 2015

Referencia

Kilpatrick, J. (2013). Needed: Critical foxes. In K. R. Leatham (Ed.), Vital Directions for Mathematics Education Research (pp. 173–187). New York: Springer. doi: 10.1007/978-1-4614-6977-3_8

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