Zona de confort

osos

Uno de los filósofos y educadores matemáticos que más me ha influenciado en los últimos años es Ole Skovsmose de la Universidad de Aalborg en Dinamarca.

En algunos de sus escritos Ole se refiere a un concepto que llama “zona de confort”. No es un concepto que él haya desarrollado, pero me gusta la manera en que lo aplica. Él por ejemplo lo usa para referirse al trabajo de algunos profesores de matemáticas. Cuando un profesor de matemáticas ha impartido el mismo curso, durante varios años, es probable que comience a desarrollar una zona de confort donde todo está bajo control. Es decir, comienza a proponer los mismos ejercicios a sus estudiantes, las mismas tareas… ¡incluso las mismas bromas para “animar” la lección! Esa es una zona de confort. Es una zona donde el profesor se siente a gusto porque conoce las respuestas a los ejercicios; las dificultades y los errores más comunes de los estudiantes; el tiempo que necesita para aplicar esa lección…en suma, todo está bajo control. No hay sorpresas desagradables.

Debido a que el profesor se siente cómodo en la zona de confort es difícil que se salga de ahí para entrar en una “zona de riesgo”. Es decir, no es fácil que el profesor proponga actividades innovadoras (pero probablemente más excitantes para los estudiantes), con nuevas herramientas de estudio, donde las respuestas a las actividades no sean conocidas con anticipación, donde los estudiantes hagan preguntas que el profesor no espera y que probablemente ignore su respuesta. Esto es siempre difícil de hacer porque tienes que mudarte de una zona donde todo está bajo control, a una donde todo puede suceder.

Me gusta mucho este concepto porque creo que se puede aplicar en muchos contextos. Por ejemplo, el año pasado leí en el periódico New York Times un artículo sobre entrenamiento para corredores escrito por Mark Bittman (ver http://nyti.ms/ bvKItF). El artículo afirma que los corredores desarrollan un estilo para correr con el que no se estresan demasiado. Pero también sugiere que los corredores deben esforzarse por salir de esa zona de confort (así la llaman en el artículo) para mejorar su desempeño al correr.

Hace apenas unos días iba pedaleando mi bicicleta mientras iba pensando en cómo este concepto también podía ser aplicado para explicar el comportamiento de vari@s matematic@s educativ@s que conozco. Viven en una zona de confort y va a ser difícil que salgan de ahí. Divulgan los mismos discursos, repiten las mismas ideas, publican en los mismos lugares donde casi de antemano se sabe que serán aceptados, atienden las mismas reuniones académicas sólo para desarrollar las actividades que tienen bajo control, viajar y ver a los compas.

Es difícil salir de la zona de confort, simplemente porque es más cómodo quedarse ahí que moverse fuera de ella. De hecho creo que es inevitable desarrollar algún tipo de zona de confort. Sin embargo también creo que las zonas de confort tienden a inhibir tu desarrollo y la de los que te rodean.

Es un reto identificar tus zonas de confort, aceptarlas y tratar de sustituirlas por zonas de riesgo. Las zonas de riesgo son impredecibles, dan miedo y requiere un mayor esfuerzo transitarlas. Sin embargo casi siempre te hacen crecer. Te hacen aprender, reconocer tus deficiencias y desarrollarte.

Para cerrar esta reflexión e inspirar al lector a identificar sus zonas de confort propongo un video. No soy fan del fútbol, pero este video de Maradona “me llegó”.

 

Mario Sánchez Aguilar, Copenhague, Dinamarca, Mayo de 2010

2 comentarios en “Zona de confort

  1. Me gustó mucho tu artículo, estaba buiscando información sobre zona de confort y encontré tu blog. Qué buen mensaje de Diego!! Saludos desde México

Deja tu comentario